martes, 16 de diciembre de 2014

Los microbios, nuestros enemigos invisibles



Las fieras salvajes resultan inofensivas si las comparamos con la enorme cantidad de microbios que nos invaden; criaturas invisibles como los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos, con el poder de causarnos graves daños.

No los vemos, pero están esperando la oportunidad de burlar todas nuestras barreras defensivas para atacar nuestros órganos y tejidos.

Los científicos tratan de descubrir cómo hacen los microbios para engañar a nuestro sistema inmunológico para así poder vencerlos.

Al invadir una célula, un virus es capaz de neutralizar la información genética y obligarla a multiplicarse a sí mismo.

Los virus viven a costa de las proteínas de las células, porque de otro modo no pueden existir, mientras los hongos, las bacterias y los parásitos tienen vida propia; sin embargo también pueden penetrar en las células.

Los virus se diferencian por la forma de ingresar en el organismo y de utilizar los recursos celulares. Todos mutan constantemente buscando la forma más eficaz de conseguir sus propósitos y de eludir el efecto de los medicamentos.

Los virus y las bacterias mutan para poder sobrevivir, por eso cuando una bacteria es atacada por un antibiótico intenta hacerse resistente llegando a neutralizar sus efectos.

Las investigaciones relacionadas con este micromundo y sus batallas resultan sorprendentes. Los virus por ejemplo emplean toda clase de estrategias moleculares en una infección, incluso son capaces de incitar a las células a dejarlos entrar.

Las bacterias actúan como un verdadero ejército que es capaz de comunicarse entre sí para confirmar si son suficientes para enfrentar al sistema inmunitario. Si no son suficientes, prefieren permanecer inadvertidas hasta que puedan garantizar el éxito de la infección.

Los científicos piensan que los virus son extraordinariamente creativos, cualidad que es motivo de gran preocupación para los humanos.

Sin embargo existen distintas formas de protegerse de los microbios, como por ejemplo el sencillo hábito de lavarse las manos, que bloquea la acción de virus y bacterias; la administración de vacunas que brindan protección para algunas enfermedades graves y procurar la ingesta de agua potable.

Otro factor importante de prevención es la higiene de los alimentos, principalmente frutas y verduras; así como también, acostumbrarse a lavar los cuchillos que se usaron para cortar carne cruda con abundante agua con detergente antes de emplearlo nuevamente para cortar otra cosa; consumir la carne bien cocida y únicamente lácteos pasteurizados, mantener el aseo de la vivienda, no bañarse en aguas contaminadas y esencialmente no usar indebidamente ni abusar de los antibióticos.

Existen miles de bacterias pero solamente unas doscientas producen enfermedades; que se pueden evitar cultivando los hábitos necesarios recomendados por los especialistas.

Malena

Fuente:”Muy interesante”: No.301; “La invasión de los microbios”; Pablo Seoane, Manuel Seara y Oscar Gutsens.

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